Conciencia vial y tecnología: ¿Cuáles son los riesgos de las carreteras olvidadas?
Recientemente, se ha puesto de manifiesto la necesidad de incrementar la seguridad en las carreteras secundarias. Estas vías, que representan un gran porcentaje de la red vial española, concentran la mayoría de los siniestros mortales. La Dirección General de Tráfico (DGT) y otras entidades han destacado diversas iniciativas para reducir la siniestralidad. Carreteras secundarias: el epicentro de los accidentes mortales Pere Navarro, director de la DGT, ha anunciado la instalación de 88 nuevos radares durante el próximo año, de los cuales un 60% serán de tramo y un 40% fijos. La mayoría estarán destinados a carreteras secundarias, que concentran más del 72% de las muertes en accidentes interurbanos, a pesar de soportar solo el 35% del tráfico. Estas vías son, por tanto, el foco principal para reducir la siniestralidad. Junto a estas medidas, una herramienta como la app de radares puede ayudar a los conductores a mantenerse informados sobre la ubicación de los nuevos dispositivos, promoviendo una conducción más consciente y respetuosa con los límites de velocidad. Este tipo de soluciones tecnológicas refuerzan el objetivo de reducir los accidentes en vías convencionales, donde las salidas de vía representan el 42% de los incidentes mortales y la mayoría de los atropellos. Reducir la velocidad en 10.000 kilómetros de estas carreteras ya ha demostrado ser efectivo, logrando una disminución del 10% en las muertes. Estas medidas, junto con la adopción de herramientas digitales y una inversión prevista de 1.800 millones de euros en seguridad vial, podrían salvar hasta 300 vidas al año. Sistemas que salvan vidas La incorporación de avances modernos en el ámbito de la seguridad vial ha demostrado ser efectiva para reducir la siniestralidad en las carreteras. Sistemas como los ADAS (Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción) alertan sobre posibles colisiones y asisten en la conducción automática, minimizando errores humanos, una de las principales causas de accidentes. En esta línea, algunos fabricantes de vehículos ya están incorporando estos sistemas en sus modelos de serie. La eficacia de estas herramientas depende, en gran medida, de su correcta implementación y uso por parte de los conductores. Los desarrollos actuales también están orientados a fomentar una movilidad más limpia y eficiente. El reciente lanzamiento del BYD Seal U DM-i, con una autonomía sorprendente de 1.080 km, es un claro ejemplo de cómo la tecnología híbrida está contribuyendo a un futuro más sostenible. Estos vehículos no solo benefician al medio ambiente reduciendo las emisiones contaminantes, sino que también ofrecen prestaciones superiores en términos de seguridad y eficiencia energética. ¿Cómo cambiar actitudes al volante? Más allá de las ayudas tecnológicas e infraestructurales, la educación debe ser parte central en el cambio. Campañas informativas y programas educativos pueden contribuir a reducir los comportamientos y actitudes peligrosas al volante y a fomentar una conducción más responsable. La colaboración entre distintas organizaciones, como colegios profesionales y asociaciones de seguridad vial, puede amplificar el impacto de estas campañas. Informar, sensibilizar y educar a los conductores, especialmente a los más jóvenes, es una inversión a largo plazo en la seguridad de todos los usuarios de la carretera. Propuesta interesante es la inclusión de educación vial en el currículo educativo desde edades tempranas. Esto puede establecer una base sólida de conocimientos y respeto por las normas de tráfico en los futuros conductores. Iniciativas prácticas, como simuladores de conducción y talleres interactivos, pueden complementar el aprendizaje teórico, haciendo que los estudiantes interioricen más fácilmente lecciones y las apliquen en situaciones reales.