Cómo protegerse en internet en 2019

Los retos de internet se asemejan mucho a los retos de la salud pública. Al igual que esta última, internet afronta año tras años novedosas técnicas de hackers y nuevos virus más potentes.

Si desde la medicina, año tras año se inventan fármacos más efectivos, algo similar ocurre en internet. Aunque internet sea afín al anonimato, la verdad es que es muy difícil atravesar internet sin dejar rastro alguno.

Tras cada cosa que buscamos, cada página que visitamos, cada clic que hacemos en alguna publicidad, dejamos un rastro sobre nuestra actividad.

Adicionalmente, en los países en los cuales hay poca libertad de prensa y censura de los medios de comunicación, es muy usual que nuestros datos estén siempre comprometidos.

VPN: origen y utilidad

Los VPN (virtual private network) conocidos en español como redes privadas virtuales fueron creadas en su momento por compañías que necesitaban que sus empleados ingresaran a redes de intranet privadas.

Las empresas requerían privacidad y por ello desarrollaron este tipo de tecnología. Su utilidad en la actualidad excede a las empresas privadas y sirve para los particulares.

Con el regreso de los problemas de privacidad su uso se ha extendido ampliamente.

Los VPN encriptan los datos de red en tu ordenador, haciendo más difícil que se devele tu identidad y actividad incluso para tu proveedor de servicio de internet.

No obstante, los VPN gratuitos tienen múltiples fallas y son los pagos los que suelen ser realmente efectivos.

VPN gratuitos vs VPN pagos

Algunos VPN “gratuitos” son en realidad más perjudiciales a la larga. Un ejemplo de ello es un VPN de Facebook llamado Onavo.

Onavo es gratuito pero como “pago” el programa codifica tu historial de navegación. Es decir, pagas con tus datos.

Algunos VPN pagos como StrongVPN y NordVPN poseen, en cambio, políticas de privacidad más satisfactorias para los particulares.

Ambos parten de políticas de no registro y NordVPN puede ser pagado incluso con criptomonedas, evitando el pago mediante la transferencia de datos de navegación.

Discreción en redes sociales

No todo son las herramientas que utilicemos al navegar.  Al utilizar redes sociales también proporcionamos información al dar me gusta a determinados contenidos o al hacer un retuit. Sin duda hay cosas que no nos importa compartir al mundo, pero es un hecho a tener en cuenta.

Es importante limitar quienes puedan observar nuestra fotografías y las cosas que compartimos. Tales datos pueden ser aprovechados por extorsionistas o por personas especializadas en hackear cuentas personales.

Muchas veces pecamos por poner una contraseña muy sencilla o inferible a partir de fechas importantes como cumpleaños, fechas de casamiento, etc.

En tales casos, tras una serie considerable de intentos estos hackers pueden terminar por dar con la contraseña de nuestro facebook, twitter, instagram, etc.

No hay que subestimar el potencial de estas personas y por lo tanto es recomendable blindarse por todos los puntos posibles al momento de movernos en internet, evitando compartir datos personales.

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